Las biomoléculas orgánicas pueden agruparse en cinco grandes tipos:
Carbohidratos:
Los glúcidos, carbohidratos,
hidratos de carbono o sacáridos (del griego σάκχαρ
"azúcar") son biomoléculas compuestas por carbono, hidrógeno
y oxígeno
y cuyas principales funciones en los seres vivos son el prestar energía
inmediata y estructural.
Se encuentran en cereales, legumbres, harinas, pan, pastas, arroz, papa, elote, camote, tortillas y todos los derivados de los granos, así como en azucares refinadas. |
Clasificación:
Ejemplos de carbohidratos |
- Monosacáridos o azúcares simples: no pueden ser hidrolizados a moléculas más pequeñas. En su nomenclatura, el sufijo “osa” es para designar un azúcar reductor que contiene un grupo aldehído o un grupo alfa-hidroxicetona.
- Oligosacáridos (oligos = pocos; son menos dulces que los monosacáridos o los disacáridos): polímeros desde 2 hasta 10 unidades de monosacáridos.
- Polisacáridos: están formados por la unión de más de 10 monosacáridos simples.
Función de los glúcidos:
Los
glúcidos desempeñan diversas funciones, entre las que destacan la energética y
la estructural.
Glúcidos energéticos:
Los mono
y disacáridos, como la glucosa, actúan como combustibles
biológicos, aportando energía inmediata a las células; es la responsable de
mantener la actividad de los músculos, la temperatura
corporal, la presión
arterial, el
correcto funcionamiento del intestino y la actividad de las neuronas. Los glúcidos aparte de tener la
función de aportar energía inmediata a las células, también proporcionan
energía de reserva a las células.
Glúcidos estructurales:
Algunos
polisacáridos forman estructuras esqueléticas muy resistentes, como la celulosa de las paredes de células vegetales y la quitina de la cutícula de los artrópodos.
Otras funciones:
La ribosa y la desoxirribosa son constituyentes básicos de los nucleótidos, monómeros del ARN y del ADN.
Los oligosacáridos del glicocáliz tienen un papel fundamental en
el reconocimiento
celular.
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